
Me llamo Kapna, tengo 16 años. En mi casa éramos cuatro, mis padres, mi hermana pequeña y yo. Tenemos otra hermana, pero ya está casada y vive con el marido y su familia.
Nuestra situación económica es muy pobre, por no decir nula. Hace ya unos años nos mudamos a Delhi, venimos de una aldea no muy lejana y llegamos a la gran ciudad en busca de trabajo y oportunidades. En lugar de eso nos encontramos viviendo en la calle, debajo de un puente y en el medio de la urbe con otras 100 familias en situaciones similares.
Los pocos ingresos que tenemos es del dinero que traemos mi hermana pequeña y yo después de un largo día de mendigar por las calles de la ciudad. Ninguno de nuestros padres ha encontrado trabajo. Mi madre recoge escombros entre la basura, como plásticos o vidrio, los que vende al peso por unos pocos céntimos.
Mi padre tiene un carácter bastante autoritario y agresivo, el cual ha ido empeorando debido al consumo diario y excesivo de alcohol, está borracho todos los días, y como muchos otros hombres en la India, de vez en cuando le da una paliza a mi madre o a mi y mi hermana.
Ha llegado un momento cuando la situación era insoportable, entonces ha sido cuando decidí tomar medidas. Un día que ya no aguantaba más, me tiré gasolina por el cuerpo y me prendí fuego a mi misma. No tenía la intención de suicidarme, simplemente quería llamar la atención y esperaba que las cicatrices y el daño que me aplicaba hiciesen que a mi padre no le quedasen ganas de seguir maltratándome. Como ya he dicho, la situación era inaguantable, y ya no sabía que más podía hacer. A causa de lo ocurrido, tengo unas enormes cicatrices por casi todo el torso y las piernas.
Por desgracias aquello no funcionó como esperaba, poco tiempo después decidí escaparme de casa. Mi hermana pequeña se vino conmigo y pasamos una larga temporada durmiendo en los templos y viviendo de la limosna que la gente nos daba. Cuando queríamos ir a casa para ver a nuestra madre, teníamos que asegurarnos de llevar el dinero suiciente para mantener a nuestro padre contento por un par de días. No queremos ni podemos vivir con una persona como él pero, como es normal, echamos de menos a nuestra madre.
Hace unos seis meses empecé a formar parte del proyecto “Una Oportunidad”, a pesar de que está siendo difícil y duro, empezamos a encontrarle un sentido útil a nuestra vida y poco a poco nos vamos creando ilusiones y expectativas de futuro.
Os doy las gracias, en nombre de todas mis compañeras, a todos vosotros que estáis haciendo posible un proyecto para gente como nosotras.
La historia que acabais de leer es real, vivida por una de las niñas de nuestro proyecto. Como comprenderéis, los nombres e imágenes han sido modificados por motivos de privacidad y protección de datos.
Borja

No hay comentarios:
Publicar un comentario